Historia y curiosidades del BOTIJO
La historia de los botijos se remonta a las antiguas culturas mesopotámicas, donde se encontraron los primeros restos de recipientes con formas similares a los actuales. Su mayor esplendor se dio en la Edad del Bronce en el Mediterráneo y en la Grecia helenística, donde fue un popular artículo ornamental y decorativo.
Hace unos 3.500 años, en tierras celtíberas (península ibérica) se usaba el botijo para conservar el agua fresca, tal y como sugiere un ejemplar encontrado en el yacimiento de Puntarrón Chico, en Murcia.
Sebastián de Covarrubias en el año 1611, describe “botija”, como “vaso de tierra ventrudo con la boca y cuello angosto. Después de una serie de pruebas y errores a la hora de guardar el agua en el sur de España, finalmente se percataron de que los botijos de arcilla mantenían el agua fresca incluso bajo el fuerte sol, propio de la región.
El botijo se convirtió en un elemento tradicional de la cultura española y ha sido muy usado desde entonces.
Curiosamente, la explicación científica de este proceso solo fue publicada satisfactoriamente hasta 1995, por parte de dos investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid, en un artículo publicado en la revista Chemical Engineering Education.


ORÍGENES DEL BOTIJO
El origen de este término se remonta a los romanos, que denominaban “buttis” a los toneles. A través de la historia y en distintas locaciones también ha sido llamado pipo, pipote, piporro, pimporro, búcaro, barrila y piche.
Estos recipientes son hechos a partir de arcilla a baja temperatura lo que hace que sus partículas no se fundan del todo: se ablandan y se pegan dejando así los poros por donde se cuela después el agua. En el proceso tampoco se usa ningún tipo de pintura ni barniz, lo que aumenta la porosidad en ellos, haciendo posible que la vasija “sude” para poder liberar el calor del agua que se almacene.
La vasija tiene una base redonda y un vientre abultado que se estrecha en la parte superior donde se encuentra el asidero por el que se agarra. A un lado del asa se encuentra la boca por la que se llena, mientras que en el lado opuesto se halla el pitorro o pitón por el que se desliza el chorro de agua al beber de él.
Cada botijo de Sembramos es construido en Ráquira, donde aún viven las tradiciones y técnicas ancestrales gracias a las manos de los artesanos creadores.


CUIDADOS DEL BOTIJO
Para conservar tu botijo en un estado óptimo procura conservarlo en espacios secos y lejos de la humedad. Recuerda ubicarlo en un lugar donde esté en la sombra, evitando que quede bajo la luz directa del sol o de fuentes externas de agua.
BENEFICIOS DEL BOTIJO
La temperatura que alcanza el agua almacenada en el botijo es ideal para el cuerpo pues es más fisiológica para beberla pues no es excesivamente fría y estará acorde a la humedad del aire.
Para humedades del 50% se puede generar una diferencia de temperaturas de ocho grados.
Enfría el agua de acuerdo a la humedad del ambiente, a mayor temperatura, mayor enfriamiento del agua almacenada.
Con una humedad del 20% y en una temperatura de 30 grados centígrados, se podría bajar la temperatura del agua hasta 10 grados.
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