Los cover crop se han convertido en una tendencia a nivel mundial, ya que pueden proporcionar grandes cantidades de nitrógeno y materia orgánica a la tierra. Gracias al aporte de las siembras de cobertura, la capa superior del suelo mejora proporcionalmente aumentando la retención de agua, el contenido de nutrientes y la textura del suelo.
Se le llama cover crop o cultivo de cobertura a la siembra permanente o esporádica de cualquier tipo de vegetal que se utilice para preservar las características del suelo protegiendo su estructura, manteniendo su humedad, aportando nutrientes y materia orgánica para promover la actividad biológica del mismo y que se mantenga fértil durante todo el año. En general, se los utiliza entre una cosecha y otra para evitar que el suelo quede desnudo y desprotegido frente a agentes físicos como el agua de lluvia y el viento y también para mantener la estructura y actividad del suelo.
Los cultivos de cobertura impiden que las gotas de lluvia impacten directamente sobre el suelo, evitando su erosión hídrica, una de las causas más comunes de la pérdida de fertilidad de los suelos como consecuencia de la pérdida de estructura. Sin cultivos que lo protejan, las gotas de lluvia removerían la capa superficial del suelo, que contiene materia orgánica y nutrientes, degradándolo y convirtiéndolo en improductivo. Gracias a las raíces de los cultivos de cobertura se genera una estructura porosa que facilita el ingreso y almacenamiento de agua en las capas más profundas de la tierra; al mismo tiempo que se permite la aireación del suelo.
Los cultivos de cobertura también ayudan a combatir las malezas: compiten por los recursos -agua, nutrientes y luz- impidiendo que estas plantas se reproduzcan.
Los cultivos más utilizados son las plantas leguminosas –cuyos frutos generan legumbres como las lentejas o los garbanzos– o las gramíneas –avena, trigo, cebada, entre otras–. A nivel local, por ejemplo, luego de la cosecha de maíz, se utilizan los cultivos de avena como cubierta vegetal durante dos meses y medio hasta la nueva siembra.
La técnica de cobertura se utiliza desde hace miles de años en el mundo. Uno de sus mayores activistas en este campo fue el filósofo y agricultor japonés Masanobu Fukuoka, en su libro La revolución de un rastrojo explica los métodos de cobertura que él aplica en sus cultivos de arroz sin la necesidad de inundar el terreno.
Los productores deben conocer cuáles son los mejores cultivos de cobertura de acuerdo a lo que quieran sembrar posteriormente como cultivo primario, y cuándo es el mejor momento para hacerlo ya que algunos cultivos son más resistentes al frío invernal, mientras que otros crecen mejor en verano y toleran climas más secos y sin lluvias.
Los cultivos de cobertura son esenciales para producir más alimentos protegiendo uno de los recursos más importantes: el suelo.
Los sembradores se esfuerzan por cultivar respetando el medioambiente y usando sus recursos de una manera eficiente. Junto con otras técnicas como la rotación, y los cultivos asociados, los cultivos de cobertura cuidan el suelo, un recurso fundamental para la producción de alimentos y la biodiversidad.
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