La Lavanda es una planta difícil de cultivar, sin embargo no es imposible. Desde nuestra experiencia recomendamos que las semillas sean primero germinadas en una Bandeja de Germinación para después ubicarlas en el lugar que deseamos. A continuación, te daremos unos simples consejos para obtener esquejes de esta aromática.
- Si estás pensando en sembrar Lavanda, debes saber que es un proceso que toma tiempo, por lo que si realmente la deseas, debes tener paciencia.
- Antes de empezar el clima cálido, comienza a trabajar con las semillas 6 a 12 semanas antes, para que tengan bastante tiempo para germinar y plantarlas durante la temporada cálida que es en la que crecen.
- Para poder trasplantar la Lavanda, necesitamos primero los esquejes. Estos los obtendrás si usas una Bandeja de Germinación, en la que pondrás solo una semilla por espacio, después de poner tierra o sustrato.
- Si, al contrario, deseas esparcir las semillas en una maceta sin divisiones, recomendamos hacerlo por encima de la tierra y ponerlas de 1,5 a 2,5 cm de distancia.
- Cubre las semillas con 0,5 cm de tierra o sustrato y tapa la Bandeja de Germinación con la bandeja de calor del Kit de Germinación. (Esta debería estar en temperatura de 21 grados Celsius).
- Ubícala en un lugar de semisombra porque aún no estarán listas para el sol directo.
- Riégales con agua en las mañanas para que la tierra esté seca al terminar la tarde.
Después de estos sencillos pasos, solo queda esperar. Las semillas de Lavanda pueden brotar en 2 semanas o en un mes.