La Lavanda es una planta que resiste lugares de constante sequía, sin embargo, en su primer año, requiere de más hidratación. Asimismo, hay químicos u otras cosas del lugar en el que habita que pueden afectarla. Por eso, aquí te diremos como regarla antes y después de su proceso de germinación, y qué cosas evitar para mantenerla sana.
- Si vives en un lugar donde no hay lluvias, procura regar la tierra regularmente. Te darás cuenta cuando es nuevamente hora de hidratar el terreno cuando esté seco entre riegos.
- No uses herbicidas, ni pesticidas. Si vas a usar algunos de los anteriores, procura que sean orgánicos.
- La Lavanda durante su primer año de crecimiento desarrolla sus raíces. Por ello, para agilizar su desarrollo, corta algunos tallos que florezcan.
- Después del año, corta un tercio de los tallos que florecen, y deja la misma cantidad sin podar.
- Cuando llegue el invierno, deberás mantenerla tibia. Lo que puedes hacer para esto, es poner corteza de abono alrededor del tallo de la Lavanda.
- Deja 15 cm de espacio libre alrededor de la planta para que circule fácilmente el aire.
Ten en cuenta estos cuidados diarios, y asegurarás que tu planta de Lavanda viva por mucho tiempo. Solo ten paciencia y verás los resultados.
Si quieres conocer más sobre la Lavanda cómo sembrarla desde Semillas, cómo sembrar los esquejes y cómo trasplantarla a una maceta, lee nuestros artículos sobre esta planta en nuestro blog.