Árbol Papayo

CLIMA: Esta especie puede crecer en ambientes de clima cálido y templado en lugares entre los 0 y los 1700 metros de altitud, en lugares donde la temperatura oscile entre 18 y 32 grados centígrados, aunque su desarrollo mejora notablemente cuando se mantiene a temperaturas entre los 22 y los 28 grados. 

LUZ: Requiere exposición a la luz solar directa durante 8 horas al día como mínimo. Es importante que esta sea intensa y prolongada debido a que el proceso de floración se puede ver interrumpido si no se cumple esta condición. Esta especie es perfecta para ambientes de exterior amplios y abiertos como fincas, parques y jardines. Se recomienda evitar sembrarlo en espacios donde haya un alto flujo peatonal, pues la caída de sus frutos puede ocasionar accidentes. 

RIEGO: Requiere riegos diarios durante las primeras fases de desarrollo, sin embargo, se debe tener cuidado de no generar encharcamientos en el sustrato, pues sus raíces se pueden pudrir. Después del trasplante se espera que viva únicamente con el agua de las lluvias, por lo que debes asegurarte de que los niveles de precipitación están entre 1500 y 2500 milímetros por año. 

SUELOS: Su sustrato debe tener excelente drenaje y una buena retención de líquidos. Además, debe ser suelto, aireado, con una alta proporción de materia orgánica y con un pH que esté entre 5 y 7.  El Sustrato para Huerto Premium de Sembramos es perfecto para el desarrollo del árbol de papaya, ya que cuenta con todas las condiciones que permitirán que su desarrollo sea el más adecuado debido a que está enriquecido con Harina de Rocas que aporta minerales a la mezcla y Micorrizas que estimulan el desarrollo de las raíces. Adicionalmente, te recomendamos cubrir el sustrato con una delgada capa de Mulch; esto mejorará notablemente la capacidad de drenaje y retención de agua del sustrato, también reducirá la tasa de evaporación de agua por lo que podría resistir mucho más tiempo sin riego o lluvias.    

REPRODUCCIÓN: Para propagar el árbol papayo debes poner a germinar sus semillas. Lo más recomendable es usar un Almácigo y llenarlo con el Sustrato para Germinación de Sembramos que estimulará el proceso germinativo y de desarrollo temprano de las semillas de papaya. Es importante antes de proceder a la siembra, rociar agua sobre el sustrato hasta que quede bien empapado. Debes abrir un pequeño hueco de unos 3 centímetros de profundidad, depositar allí la semilla y cubrirla con un poco de tierra. Riega diariamente en forma de rocío usando un atomizador que te permitirá controlar la cantidad de agua para no generar encharcamientos en el sustrato.  La semilla debe germinar a los 10 o 20 días, momento en el que se verán los primeros brotes. A partir de este momento, debes ponerlas en un lugar en condiciones de semisombra y mantener las condiciones de riego. Cuando hayan pasado unos 45 días y las plantas hayan crecido unos 25 centímetros, debes realizar el trasplante al que será su lugar definitivo usando el Sustrato para Huerto Premium.   

ABONO Y CONTROL DE PLAGAS: Para mantener una alta proporción de materia orgánica en el sustrato puedes implementar el uso de abonos líquidos que se distribuyen de manera homogénea en el suelo, favoreciendo su absorción por parte de la planta. Una opción es preparar una dilución al 10% de Humus Líquido en agua y suministrar a manera de riego 3 veces por semana. Otra opción es diluir 1 mililitro de Alimento para Plantas en un litro de agua y la administres sobre el sustrato cada 15 días.

El papayo es un árbol susceptible al ataque de insectos tales como el saltahojas, la mosca blanca, los trips y los áfidos; también se puede ver afectado por hongos como phytophthora, fusarium, entre otros. Para prevenir la aparición de estos organismos en tu planta de papaya, puedes hacer riegos cada semana con una solución de 2 mililitros de Aceite de Neem, 2 mililitros de Jabón Potásico y un litro de agua. Si ya hay algún grado de infestación, debes hacer riegos cada 3 días con una mezcla de 5 mililitros de Aceite de Neem, 5 mililitros de Jabón Potásico y un litro de agua, hasta que la intensidad de la infestación empiece a disminuir.